El mandato del presidente López Obrador se ha caracterizado, primordialmente, por dos factores: (1) una campaña electoral permanente con el objetivo de lograr la continuidad de la «Cuarta Transformación»; (2) el uso de la polarización como instrumento de gestión y propaganda, que le brinda la división sociopolítica en el ámbito nacional que legitima su discurso y narrativa de cara a las elecciones de 2023 y 2024.
Los eventos que han incitado escenarios de polarización han estado presentes desde el inicio de la administración en 2018, cuando el presidente canceló el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. A lo largo de 2022 se han registrado una variedad de eventos que retratan que, más que una agenda de gobierno existe una agenda política. La consulta de revocación de mandato, las controversias por el T-MEC por las barreras generadas en el sector energético, la inauguración de macroproyectos gubernamentales (AIFA y 2 Bocas), la adhesión de Guardia Nacional a Sedena y, finalmente, la reforma electoral, imposibilitan la oportunidad de concentrar los recursos y la “energía” en un proyecto nacional como el que presume el presidente. Claro ejemplo es la marcha en celebración de la 4T del pasado domingo 27 de noviembre, organizada por el simple hecho de mostrar fuerza ante la manifestación de cientos de miles de ciudadanos en contra de una de sus iniciativas.
Para 2023, derivado del proceso de sucesión adelantada, lejos de disminuir el clima de polarización se espera aumente la efervescencia con el potencial de derivar en confrontaciones más enérgicas con la oposición, la sociedad civil e incluso con grupos no alineados a su visión al interior de Morena.
Lejos de evadir responsabilidades, es prudente que los miembros de la iniciativa privada se mantengan al margen de los actores políticos y de sus acciones, y procuren mantener una postura de neutralidad que defienda la institucionalidad y la legalidad. Por su parte, como miembros de la sociedad civil, valdrá la pena revisitar y tener como referencia la experiencia de la manifestación en defensa del INE del pasado 13 de noviembre, que fue una muestra de valor civil y ciudadano de los mexicanos.
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