“Gobernar sin gobernabilidad” es, y parece que será, la “fórmula” para los dos años que le restan a la administración federal. Pedro Daniel Gutiérrez Burgos nos habla de cómo el creer que las condiciones son propicias para la inversión está alineado a la convicción de que la violencia reportada y los datos son “amarillismo” promovido por la oposición.
Definitivamente la gobernabilidad, factor fundamental para dar certeza a los inversionistas, es claramente cuestionable. Cada día que pasa se centraliza aún más el poder y la respuesta institucional, se diluye la autoridad civil (las estructuras de seguridad pública, tanto a nivel estatal y municipal, se encuentran prácticamente desdibujadas del esquema de responsabilidades) y se percibe más opacidad. Expertos señalan que México no vivía una situación de convulsión y violencia de esta magnitud desde 2011.
Así nacen los verdaderos cuestionamientos sobre si las condiciones son “inmejorables” como lo mencionó el presidente López Obrador en el marco de la ronda de consultas del T-MEC sobre la política energética de México.